Apuntes para un libro inédito.
Un cuento triste
Estación Término
La otra noche tuve una pesadilla, que no se como interpretarla y en ella se mezclaron cosas que me han ocurrido, pero no le encuentro explicación. Lo cuento por sí alguien sabe desvelar los sueños y le encuentra sentido.
Todo comienza hace muchos años en un viaje de estudiante viajamos un grupo de compañeros que habíamos terminado nuestros estudios en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla, como una actividad de fin de carrera y decidimos realizar un visita a Italia en tren. Al llegar a Roma tras recorrer el norte del país y atravesar toda España y Francia, le había tomado al tren un gran cariño y una gran confianza. Tanto que el tren se convirtió en algo muy importante en aquellos momentos para mí , formando parte de mí vida y volviéndome muy dependiente de él.
En Roma decidí continuar viaje por mi cuenta hasta el sur, mientras mis amigos se quedaron allí. Tome un tren, mi tren, lleno de ilusiones en el nuevo camino que empezaba, con la esperanza de que me llevaría al Sur, a ese Sur que todos buscamos, donde los días sean plácidos y la vida pase leve, donde una clara luz renovada ilumine cada día con la promesa de la vida nueva que todo esperamos. El Sur anhelado por viejos marineros , de islas con aguas cristalinas y playas de arenas blancas. El sur, que tal vez solo habitara en sus sueños y lo revelaban a extraños cada noche como su gran secreto en las oscuras tabernas del puerto .
El sueño de llegar al Sur parecía cumplido, nada podía fallar, todo se encaminaba hacía esa meta tan deseada. Yo había depositado todo mi amor en el tren y la existencia del soñado sur era segura. El viaje fue largo, lleno de todo tipos avatares, con interminables parones y sobresaltos. También estuvo lleno de días maravillosos donde pude contemplar el vuelo sobre los campos del majestuoso águila y quise vislumbrar desde él, mí mítica montaña, el Peñón del Algamita que solo unos minutos en la lejanía mirando al sur podía ver cada mañana desde niño. Gracias aquel tren disfruté de días alegres de fiestas , de bailes y cantes que en el recorrido me brindaba. Visité lugares hermosos y  de la agradable compañía que aquel tren me brindaba. Fue abrigo en los días fríos, compañía en mi soledad, consuelo de mis penas y me hacía percibir la certeza de lo que se quiere de verdad .
Pero de pronto cuando más tranquilo y seguro me sentía en él, se detiene inesperadamente de forma brusca. Yo que pensaba que estábamos en el mejor momento del viaje y que el tren llegaría al final prometido y que juntos terminaríamos nuestros días en el sur. En ese momento el alegre tren se vuelve oscuro y sombrío, todo es silencio. Me ordena que me baje, que el viaje se ha terminado. Suplico que quiero seguir, que es mi tren y que tengo billete hasta el Sur. No me escucha, de nuevo la frialdad del desprecio y la espada hiriente del silencio. Me deja a sus pies, confundido y perdido en un negro anden de estación .Al tiempo que el tren se ilumina y se engalana para recibir a un nuevo pasajero que sube alegre e ilusionado para proseguir su viaje.
En ese momento percibo que estoy en una estación que no conozco, que no es la mía y que no he llegado al Sur . A mi alrededor todos es siniestro, lúgubre donde la pena y la tristeza se apoderan de mí. Soy presa del llanto y la desesperación que me lleva a la depresión más absoluta.
En aquel oxidado y mugriento lugar leo un gran cartel ESTACIÓN TÉRMINO.
Allí solo, sin amigos y desorientado me encuentro parado en aquella dársena mirando las vías muertas donde se termina mi viaje, esperando un tren para no sé que cosa, pero que me lleve a Roma. Por sorpresa una figura negra y fantasmagórica aparece, es la del Vinagre que se acerca hacía mi, en ese momento me despierto, es una pesadilla.
ntario...