Continuación de la Parte II
“En la puerta del juzgado tropiezo con el guardia que avisó que me buscaba Manolito, ambos nos miramos mientras
él se fija en la carpeta . Es el final pensé, mientras me temblaban las piernas de miedo. Detrás de mí unos gritos cada vez mayor y
más cercanos, entonces oigo:
-
¡¡Perea, Perea¡¡!! hay alguien
abajo¡¡ - Pregunta el cabo desde las escalaras.
-¡Sin novedad en la puerta , mi cabo¡- Responde el guardia.
-
¡Corre, corre chaval, que Dios te ayude¡
-¡ Tira por la calle Cuna, por Sierpes no¡
Eso
hice, corrí hasta la puerta del Palacio de los Condes de Lebrija, donde paré a tomar aire
y observé
algo extraño, las Puertas estaban echadas. Nunca había visto cerrada sus puertas, siempre me encantaba pararme y mirar desde la cancela su hermoso patio lleno esculturas y mosaicos romanos, hoy cerrado a cal y canto.
Entonces me acorde que era sábado y que mi padre me esperaba a las 2,( hacía semana inglesa*), para comer. Además quería buscar la protección de él y esconder la maleta. Entonces miré al frente y vi la salida, un rótulo en cerámica que ponía calle Goyeneta , era el mejor camino hasta el bar. Llegué a la calle Puente y Pellón y gire a la derecha, para entrar por la calle Siete Revueltas parando en la última esquina, mientras observaba como iban cerrando los comercios apresuradamente.
Desde allí pude divisar un gran revuelo de gente en la puerta del bar de mi padre. Reconocí
al cabo Cigüeña que sobresalía entre todos, dando aspavientos señalando a distintos sitios y aparentemente malhumorado.
También
reconocí al
que venía al frente del grupo que asalto el juzgado, un tipo repeinado lleno de brillantina y
con un traje elegante de color claro. En la mano que empuñaba la pistola mientras hablaba en el corro , algo me llamó la atención, un gran anillo que relumbraba con el reflejo del intenso sol de julio. El destello me dio en la cara , lo que
hizo que me deslumbrara
la visión por unos instantes. De pronto siento una mano sobres mis hombros
que me sujeta con fuerza
y una voz me dice:
-
Pepito
entra dentro, soy Enrique Bernabé-
-Tu
padre anda buscándote, lo han llamado del juzgado cuando yo estaba con él.-
¿Qué
es esa cosa tan importante Pepito?
-No
se lo puedo decir Don Enrique- Le respondo
Don
Enrique era un viajante de éxito que representaba, entre otras cosas,
máquinas de coser de
la famosa
marca Wertheim y
contertulio habitual del bar .
-Esperamos en casa hasta que se despeje la calle- Me pide
Mientras tanto, charlamos durante un largo tiempo y me insistía una vez y otra en saber la
importancia de los documentos. Yo solo le dije: Que no entendía de política y
que me daba igual, que no me separaré de ellos. Que es el encargo que tengo por
parte de mi jefe, salvarlos.
-¿Quiénes son esos que te persiguen Pepito?- Me interroga
Solo conozco al cabo y sus guardias, están destinado desde
hace pocos días en la vigilancia de los
Juzgados. La semana pasada cambiaron a todos los que siempre estaban
allí de servicio, excepto a uno por
orden del señor juez, que se resistió a que ese agente fuese cambiado de
destino y que hoy por suerte estaba en la puerta.
-Ese cabo es un matón peligroso , tiene una banda de
forajidos armados por él. Sé de buena tinta que se dedica al atraco de los
pagadores de nóminas y está amparado por
un sindicato-
-A mi jefe no le
gustaba nada.- Le respondo
Don Enrique me comentó que pertenecía a la falange secreta y
que horas antes había tenido una reunión en el Bar The Sport con Pepe el Algabeño y otros falangista. En dicha reunión habían tratado
sobre un levantamiento militar que se produciría hoy, y a cuya cabeza en
Sevilla estaría el Inspector General de Carabineros Gonzalo Queipo de Llanos. Tenía
encomendado contactar con todos los
falangistas que pudiera, para que se presentarán en la División ya que él tenía
salvoconducto para viajar por su condición de comercial y una misión mucho más
arriesgada: Pasarse por
Triana por encargo especial, en la que le harían entrega de algo importante , porque el jefe local de falange Joaquín Miranda estaba en la cárcel de
Ranilla .
Yo le respondí que no
tenía ni idea de lo que era eso de la
falange secreta y él me respondió rápidamente:
-Los que no están en
ninguna lista y tienen cargos civiles o
militares y se pueden mover con
libertad, el resto en su mayoría están en la cárcel.-
-En Sevilla, hay ahora mismo miles de hombres armados ,
entrenados y encuadrados en las
distintas milicias radicales del Frente
Popular dispuestos a todo, tras el triunfo de las elecciones para ellos, es la
revolución. No en vano, le llaman
Sevilla la Roja.- Me aclaró.
¿Por qué me cuenta usted esto?
¿Quieres fumar? Me
señala con un cigarro que saca de una pitillera y a continuación
enciende un elegante mechero metálico.
-No, no fumo.-
-Mejor, esto es una mierda- Me dice mientras mira como el
humo se va hacía el techo.
En ese momento suenan varias detonaciones, que por el ruido
parecen saltar cristales.
¿Son tiros don Enrique?
-Efectivamente Pepito, son paqueo-
-¿Qué es eso?-
-Gente que disparan desde las azoteas coja a quien coja, es una guerra sucia y sin
valentía, de cobardes, le llaman Pacos
(francotiradores) -
-No entiendo
nada- Respondí tranquilamente.
-Estos mal nacidos, lo aprendieron en África ,en la Guerra
de Marruecos. Allí aplicaron lo mismo que nosotros contra los franceses, pero sin dar la cara, que nosotros sí la
dimos en la guerra de guerrilla por
nuestra independencia.- Relataba mal humorado.
- Los moros rifeños
utilizaron la guerra selectiva sin frente, podías caer en cualquier parte, cuando comías, dormías o
estabas meando, un tiro solitario
y puf
hombre muerto. Conocían el terreno y se parapetaban en las montañas. Nos
esperaban como presas y caíamos como
conejos. El Barranco del Lobo y Annual en los dos, en los dos
estuve.-Repetía, señalando a no sé dónde.
-El Barranco del Lobo, el maldito Barranco del Lobo, vaya
nombre para morir, !vaya sitio para morir Pepito¡- Exclamó
Me contaba todo esto con la mirada perdida.
-Mi padre era zapatero y pertenezco a una familia de 8
hermanos, vivíamos en la calle Feria en una casa de vecinos del barrio de la
Macarena. Pronto me tuve que salir del colegio, a pesar de tener talento y en
contra de la opinión de mis profesores que veían en mí a un buen estudiante. Aunque la zapatería de
mi padre iba muy bien, tenía mucho trabajo y empleaba a dos hermanos míos, no
daba para todos. La calle Feria es muy comercial, pues es la entrada natural a
Sevilla de todas la gente de la Vega del Guadalquivir y de la Sierra Norte, es
una buena escuela de comercio, ahí aprendí yo este oficio que me da hoy de comer –
Con 15 años me fui voluntario al ejército, mi padre tuvo que
ir al juzgado para que me pudieran alistar. En 1904 ingresé en el Regimiento de
Infantería nº 8, dos años más tardes fui
trasladado a Melilla, dónde ascendí
a cabo al poco tiempo.
Recuerdo que en una misión de correspondencia, donde
teníamos que contactar con una Kabila
supuestamente amiga . Era
invierno, el invierno en aquellas montañas del Rif es tan duro como el
verano, nieva en gran parte de las cumbres y llueve torrencialmente. Atravesamos el río Uad Kebir* (hoy se
llama Amekran) para cumplir nuestra misión, al regreso el río
había crecido inesperadamente, debido a las intensas lluvias y en esos momentos
estábamos asediados por un grupo de rifeños. La munición empezaba a escasear y
veíamos insalvable cruzar aquel
embravecido río, mientras los disparos eran cada vez más cercanos y certeros, 3 de los 4 soldados que componían mi escuadra
y el interprete ya estaban heridos . En
aquel momento el soldado acemilero José
Mármol Raya natural de La Puebla de
Cazalla ( Sevilla) aligera de carga el mulo y lo monta ,subiendo a uno de los
heridos que lo amarra a su cintura, para cruzar el río, cosa que consigue
gracias a la potencia de nado de la acémila . Todo esto en medio de un intenso
tiroteo, milagrosamente nos salva pasando uno a uno hasta el último ,al otro
lado de la orilla . Una bala impacto en el lomo del mulo, causándole una gran herida que fue vendada con las cintas de las polainas del soldado y taponada con la arcilla del río. El animal aguanto más de quince kilómetros hasta que cayó. Quise rematarlo con mi fusil, pero el acemilero se negó y nos apunto con el suyo gritando ¡¡Éste nos ha salvado y queréis matarlo, antes a mí!! . Solo es para que no sufra y escapar más ligero, no podemos esperar aquí mucho tiempo, sin alimentos ni municiones. Le decía una vez y otra, tratando de calmarlo. Se hizo un tenso silencio, que fue roto por el interprete nativo ;
- Detrás de aquella loma hay una cueva y un pozo que usan los pastores, allí podemos refugiarnos - Conseguimos llegar con el mulo a la cueva y esperar hasta que todos se curaran, una vez más la suerte nos acompañó y la cueva resultó ser un secadero de quesos, que nos nutrió por varios días.
Aquel animal hizo alejarnos del camino donde nos esperaba el enemigo emboscado, como ocurrió con otra patrulla que no tuvo la misma suerte.
- Detrás de aquella loma hay una cueva y un pozo que usan los pastores, allí podemos refugiarnos - Conseguimos llegar con el mulo a la cueva y esperar hasta que todos se curaran, una vez más la suerte nos acompañó y la cueva resultó ser un secadero de quesos, que nos nutrió por varios días.
Aquel animal hizo alejarnos del camino donde nos esperaba el enemigo emboscado, como ocurrió con otra patrulla que no tuvo la misma suerte.
Por aquella acción de guerra ,se ganó el
soldado acemilero una medalla pensionada y
el ascenso al grado inmediato superior de Soldado de Primera , luciendo
desde aquel día la tirilla encarnada en ángulo de 60º sobre el brazo . A mí, me
propusieron para Sargento, empezando en aquel momento mi verdadera carrera
militar.
Al poco tiempo conseguí, con informe
favorable del jefe de mi unidad, el ingreso en la Academia de Infantería de
Toledo. Saliendo en
junio de 1909 con el grado de Segundo Teniente. A los pocos días ,desde
Málaga en un vapor, llegué de nuevo a mi amada Melilla , donde me encuadraron en su comandancia
General, en labores de oficina, destino que creía poco adecuado para mí por
considerarme hombre de acción.
En los primeros días de julio de aquel mismo
año, una mañana , llegó el Comandante
Jefe de la Ayudantía donde trabajaba, dando gritos de indignación
-!Han atacado y matado a seis trabajadores
Bernabé ¡-
¿Dónde mi Comandante?
En Sidi Musa, estaban construyendo un puente
para el tren de las minas de hierro de Uixan.
(El 9 de julio de 1909 se produce
en
Sidi
Musa
un
ataque
de
los
rifeños
a
un
grupo
de
obreros
españoles
que
construían
un
puente
para
un
ferrocarril
de
la
Compañía
Española
de
Minas
del
Rif , matando
a
seis
de
ellos
e
hiriendo
a
uno.
Cuando
los
hechos
son
conocidos
por
el
gobierno,
presidido
por
Antonio
Maura,
éste
decreta
el
10
de
julio
la
movilización
de
tres
brigadas
mixtas
de
Cazadores,
la
de
Madrid,
Cataluña
y
Campo
de
Gibraltar
formadas
en
su
mayor
parte
por
reservistas
de
las
quintas
de
1903
y
1904,
lo
que
provoca
disturbios
en
Madrid
y
en
Barcelona,
donde
se
producen
los
sucesos
conocidos
como
la
Semana
Trágica.)
Me presente
voluntario,
para ir en el batallón
que
se
formó
con
las
fuerzas
propias
que
había
en
Melilla
y
de
las
que
iban
llegando
de
la
península
para
ir
a
Sidi
Musa.
El
día
20
fuimos
atacados
por
numerosas
fuerzas
harqueñas
que
nos
produjeron gran
cantidad
de
bajas, aunque fue rechazado
tras
largos
combates,
bajo
un
sol
abrasador
sin
agua
y
sin
comida.
Novedosa para mi hasta entonces fue
su
inusual
táctica,
nos
disparaban desde las alturas con gran precisión y elegían el blanco, primero
los jefes después los oficiales y por último la tropa.
Un
día cuando me encontraba con una sección en una misión de reconocimiento y
vigilancia en una de las laderas del monte Gurugú , estaba informando a mis
jefes de la Plana Mayor por medio del heliógrafo,
un disparo hizo saltar el espejo por los aires.
Grite.!cogerlo,
cogerlo! Salio un cabo machete en mano y le siguió un pelotón para cubrirlo, atrapando al moro.
Cual sería mi sorpresa , al comprobar que
estaban perfectamente dotados y con modernos fusiles Remington de fabricación
USA . Nosotros anticuados fusiles Mauser y escaso de munición. El prisionero
nos manifestó que tenían aprovisionamiento en abundancia y que estaban
preparándose para una gran batalla.
Se
lo comuniqué a mis superiores para que estuviésemos preparado, ya que las
extrategías de guerra clásica no valdrían allí.
Por
desgracia mis temores se cumplieron, en el Barranco del Lobo, pusieron en
marcha su temida emboscada, produciendo gran cantidad de bajas. De los primeros
en caer fue el propio jefe al mando de la brigada el general Pintos y uno tras otro, la mayoría de jefes ,
oficiales y gran número de tropa. Yo
salí ileso, pero tuve que hacerme cargo de organizar el repliegue de mi
compañía al caer el capitán, que pertenecía a los Cazadores de Arapiles. En
dicho regimiento hasta el Pater tuvo que
tomar el mando.
Fue
terrible aquella derrota, que para colmo se repetiría más tarde en Annual la
misma estratagema contra nosotros, cayendo en los mismos errores.-
Mientras todo esto contaba, me di cuenta que habían pasado más de dos horas y le dije que me marchaba.
Entonces dijo que me acompañaría hasta casa y que daría
escolta, ya que en la ciudad se estaban
produciendo multitud de desordenes. Yo le dije que acompañándome sería
suficiente (empezaba a dudar en aquel momento de todo el mundo).
Continuará.................
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